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4 claves que explican por qué la ofensiva de Ucrania en territorio de Rusia significa un gran cambio en el rumbo de la guerra
"Recibí varios informes del comandante en jefe (Oleksander) Syrskyi sobre el frente y nuestras acciones para llevar la guerra a territorio del agresor”.
Por Juan Francisco Alonso*
Con estas palabras el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, confirmó el sábado que el ejército ucraniano es responsable del ataque sorpresa en la provincia rusa de Kursk que comenzó el 6 de agosto.
Aunque desde el Kremlin aseguran que han frenado la incursión, el hecho de que casi una semana después los combates sigan parece revelar lo contrario.
Ucrania asegura estar en control de 1.000 kilómetros cuadrados de Rusia, algo que el presidente ruso, Vladimir Putin, califica como una "grave provocación".
Hasta el lunes, más de 121.000 personas habían sido evacuadas de la región atacada y otras 11.000 de la vecina Bélgorod.
Asimismo, el gobernador de Kursk, Alexey Smirnov, admitió que un área de 12 kilómetros de largo y 40 de ancho y 28 poblaciones, han caído bajo el control de Kyiv, informó el servicio ruso de la BBC.
Esta no es como las pequeñas incursiones ucranianas en territorio ruso que se habían visto en la guerra, sino que presenta una escala mayor.
¿Qué busca Ucrania con esta arriesgada jugada y cómo cambia el rumbo de la guerra?
BBC Mundo ofrece cuatro claves para entender esta nueva fase del conflicto y sus consecuencias.
1. Cambio de narrativa: la fuerza de la parte débil
La incursión en el territorio ruso ha supuesto un golpe de efecto.
"Estamos al ataque. El objetivo es estirar la posiciones que debe defender el enemigo para infligir el mayor daño posible y desestabilizar la situación en Rusia por ser incapaces de proteger su propia frontera", le dijo un responsable de seguridad ucraniano a la agencia AFP.
En los últimos meses han crecido las dudas sobre la capacidad militar ucraniana ya no para recuperar el territorio perdido, sino para conservar el restante. Esto debido a la fallida contraofensiva que lanzó el año pasado y en la cual prácticamente no consiguió ninguna victoria importante en el campo de batalla.
La retirada de la localidad de Avdiivka, en la provincia de Donetsk, en febrero pasado reforzó el pesimismo.
"Durante los últimos meses crecían las voces que sostenían que no tenía sentido apoyar a Ucrania, porque siempre será la parte débil frente a Rusia. Sin embargo, ahora hay una foto diferente: es Rusia la que está tratando de recuperar su territorio de una invasión, algo que no se veía desde la Segunda Guerra Mundial", afirmó a BBC Mundo el politólogo alemán Andreas Umland.
"Ucrania ha cambiado la narrativa de la guerra", sentenció el analista del Centro para Estudios de la Europa Oriental del Centro Estocolmo (Suecia), quien es experto en temas sobre Rusia y Ucrania.
En similares términos se pronunció el internacionalista y politólogo estadounidense John Hardie, quien escribió: "Kyiv probablemente buscaba revitalizar la moral interna y la confianza occidental, revirtiendo la narrativa pesimista de los últimos diez meses. Y en ese sentido, ya ha logrado cierto éxito".
"La operación ha electrizado a los medios ucranianos y occidentales, al tiempo que ha provocado alarma y furia en Rusia", agregó el director del programa para Rusia de la Fundación para la Defensa de las Democracias, un centro de estudio enfocado en la seguridad nacional y la política exterior.
Otro experto que cree que la jugada buscaba probar que Ucrania no está derrotada es el británico Michael Clarke, del Real Instituto de Servicios Unidos (RUSI, por sus siglás en inglés).
"Los éxitos en el mar Negro y contra las fuerzas rusas en Crimea no estaban atrayendo la atención mundial, mientras que el ejército está siendo expulsado lenta pero inexorablemente de gran parte del este de Ucrania", escribió el experto en temas de diplomacia y defensa en el diario londinense The Guardian.
"Zelensky buscó una manera de detener o revertir esta dinámica. Esta elección militar estratégica es muy de su estilo: audaz y arriesgada", agregó.
2. Nueva posición para negociar
La ofensiva, en la que según algunos expertos castrenses estarían involucrados entre 6.000 y 10.000 soldados ucranianos y decenas de vehículos blindados, también sitúa a Ucrania en otra posición.
"Hasta hace una semana Ucrania luchaba una guerra puramente defensiva, tratando de expulsar a las fuerzas rusas de su territorio, algo que no ha conseguido en diez años. Sin embargo, ahora la guerra ya no se circunscribe a su territorio, sino que también abarca ahora al ruso", afirmó Umland.
Y esto puede cambiar el formato de las futuras conversaciones que los bandos enfrentados deberán entablar en algún momento para poner fin al conflicto.
"La intención es reforzar la posición ucraniana para unas próximas conversaciones con el Kremlin", afirmó David Betz, profesor de Historia de la Guerra del Kings College de Londres.
De la misma opinión es Umland, quien explicó: "Las negociaciones anteriores se limitaron a las demandas rusas de tener tierras de Ucrania o para que ese país aceptara una disminución de su soberanía a cambio de paz, pero ahora Ucrania quiere cambiar la conversación".
"Ya no será territorio por paz, sino territorio por territorio: tú te retiras de mi territorio y yo me retiro del tuyo", indicó.
Desde el Kremlin también tienen la misma sospecha.
"El enemigo está tratando de mejorar sus posiciones para una posible negociación en el futuro", afirmó este lunes el presidente Putin.
Sin embargo, el mandatario alejó aún más las posibilidades de dialogar con Kyiv.
"¿Qué tipo de negociaciones podemos tener con gente que ataca indiscriminadamente a civiles, a infraestructuras civiles y trata de crear una amenaza para las instalaciones de energía nuclear?", inquirió, obviando que desde el bando ucraniano lo vienen acusando exactamente de hacer lo mismo desde que en febrero de 2022 ordenó invadir a su vecino.
Pero para que esta estrategia funcione las fuerzas ucranianas deberían ser capaces de retener el territorio ocupado, algo que los expertos consultados ven difícil.
"El ataque debe entenderse como una incursión imposible de sostener", afirmó Betz, quien comparó esta jugada con una que Adolf Hitler intentó en 1944 para frenar a los aliados.
"Yo diría que esta incursión se parece a la Batalla de las Ardenas en 1944. El ejército alemán estaba en sus últimas, pero reunió fuerzas para lanzar una última ofensiva. Estratégicamente no cambió nada para los nazis y no creo que este ataque cambie nada para Zelensky", agregó.
3. Posible redistribución de soldados
Otro de los posibles cambios es el de forzar al Kremlin a sacar a parte de las tropas que hoy tiene en los territorios que ocupa de Ucrania, lo cual le permitiría al ejército de Kyiv recuperar parte de las zonas invadidas o al menos no perder más.
Sin embargo, hasta ahora no hay indicios de que Moscú haya movilizado a algunas de las unidades que tiene en el Donbás (este de Ucrania).
Y, por ello, los expertos temen que la decisión termine colocando a Kyiv en una posición aún más precaria, desde el punto de vista militar.
"Esta maniobra fue muy arriesgada y con pocas ganancias políticas o estratégicas, pues ha drenado los recursos ucranianos de otros frentes donde hay necesidades extremas y no ha causado muchas bajas a Rusia", indicó Betz a BBC Mundo.
Y aunque admitió que la ofensiva ha vuelto a dejar mal parada a la cúpula militar de Moscú, calificó de "insignificante" el impacto que pueda tener en las tropas y en especial en la ciudadanía.
El analista Emil Kastehelmi dice que el mejor resultado para Ucrania sería que Rusia desvíe "recursos significativos de las zonas más críticas [dentro de territorio ucraniano] para recuperar cada kilómetro cuadrado cedido, a pesar de las pérdidas en el frente ucraniano".
4. Un desafío para Putin
Betz afirma que "los ataques en territorio ruso no hacen más que reforzar el apoyo a Putin", dijo.
Pero la incursión ucraniana parece que sí ha golpeado la imagen del Kremlin en la región de Kursk.
La corresponsal de la BBC para Europa Oriental, Sarah Rainsford, dijo que hasta en la controlada prensa local habían aparecido testimonios de algunos de los desplazados, quienes, muy molestos, se quejaban de que las autoridades civiles y militares no les informaron de la seriedad de la situación.
A Putin le cuesta cada vez más esconder la escala de las bajas rusas y con decenas de miles de desplazados se le complica mantener la imagen de que el Kremlin tiene todo bajo control y que no es un guerra total.
"Lo hemos visto en guerras pasadas", recuerda Mark Galeotti, experto en seguridad. "Desde la guerra soviética en Afganistán a la de Rusia en Chechenia: el Kremlin es capaz de mantener cierta narrativa hasta que la realidad destapa todo".
Las autoridades rusas han prometido "una respuesta dura" a Ucrania y esto viniendo de una potencia nuclear debería preocupar.
Sin embargo, para Umland el hecho de que Putin aún no haya amenazado con el uso de su arsenal atómico revela que no quiere agravar la situación.
"Los ucranianos han probado que las líneas rojas rusas eran virtuales", dijo.
"Ucrania ha atacado directamente el territorio ruso y la respuesta de Moscú ha sido declarar una operación antiterrorista; es decir, ni siquiera reconocen que el ejército ucraniano los ha invadido", destacó el analista.
"Yo creo que Putin no quiere escalar la situación, pues si amenaza con usar las armas nucleares, pues debe usarlas, porque de lo contrario se verá débil. Pero si las usa forzaría a Occidente e incluso a aliados como China a actuar de manera distinta", agregó.
En 2020 Rusia adoptó una nueva doctrina militar, la cual autoriza a sus autoridades a recurrir a su enorme arsenal nuclear y otras armas de destrucción masiva "cuando la existencia misma del Estado se vea amenazada".
Una agresión a su integridad territorial figuraría entre las amenazas a la existencia del Estado ruso.
Sin embargo, Putin, en su más reciente intervención, solo dijo que "la principal tarea del Ministerio de Defensa es expulsar al enemigo de nuestro territorio". *(BBC News Mundo)